El presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en este video invita a las personas de todo el mundo a ayunar el 29 de marzo de 2020 en busca de alivio de la pandemia de COVID-19.

El presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en este video invita a las personas de todo el mundo a ayunar el 29 de marzo de 2020 en busca de alivio de la pandemia de COVID-19.

Como ex médico y cirujano, el presidente Nelson dice que tiene una gran admiración por los profesionales médicos y científicos, y por todos aquellos que trabajan las 24 horas para frenar la propagación del COVID-19.

Pero el presidente Nelson también es un hombre de fe, y sabe que durante estos tiempos difíciles, podemos ser fortalecidos y levantados, al invocar a Dios y a Su Hijo Jesucristo, el Maestro Sanador.

Por esta razón, el presidente Nelson invita a todos aquellos cuya salud lo permite, a unirse a él en un ayuno mundial para orar por el alivio del efecto físico, emocional y económico de esta pandemia global.

El Presidente Nelson invita a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de todas partes, junto con nuestros muchos amigos, a ayunar y orar este domingo, 29 de marzo.

“Unámonos en nuestra fe para abogar por la curación física, espiritual y de otro tipo en todo el mundo. El Señor entiende los sentimientos que estás experimentando. Él te ama y se preocupa por ti, como yo también. (Presidente Russell M. Nelson)

¿Qué significa ayunar?

En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se alienta a los miembros a ayunar siempre que su fe tenga que ser fortalecida en forma especial, y a ayunar en forma regular una vez al mes en el día de ayuno.

En ese día, nos abstenemos de comer y de beber por dos comidas consecutivas, estamos en íntima comunión con nuestro Padre Celestial y contribuimos una ofrenda de ayuno para ayudar a los pobres.

La ofrenda debe ser por lo menos el equivalente del valor de los alimentos que hubiéramos comido. Por lo general, se designa el primer domingo de cada mes como domingo de ayuno. Ese día, a los miembros que físicamente puedan hacerlo, se les alienta para que ayunen, oren y den testimonio de la veracidad del Evangelio y den una ofrenda de ayuno generosa.

“La ley del ayuno”, enseñó el Élder Milton R. Hunter, “es quizás tan antigua como la familia humana… En tiempos antiguos, los líderes–profetas dieron a los miembros de la Iglesia el mandamiento de observar la ley del ayuno y la oración”3.

En las Escrituras, observamos que el ayuno casi siempre va unido de la oración. Sin la oración, el ayuno no es en realidad un ayuno completo; es simplemente pasar hambre.

Si deseamos que nuestro ayuno sea algo más que simplemente el abstenernos de comer, debemos elevar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces en comunión con nuestro Padre Celestial.

El ayuno, combinado con la oración fervorosa, tiene gran poder; puede llenar nuestra mente con revelaciones del Espíritu y fortalecernos contra los momentos de tentación.

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